top of page

Pensamiento mítico:¿Cómo los mitos y cuentos modelan nuestras emociones?

  • Foto del escritor: Neurociencias Javeriana
    Neurociencias Javeriana
  • 20 ene
  • 4 Min. de lectura

El poder de un buen cuento está en su capacidad de movernos, de llevarnos a mundos lejanos donde la realidad se transforma, y las emociones se desbordan en un caudal de sensaciones. El cerebro humano, ese laberinto de conexiones invisibles, es un receptor voraz de historias, pero ¿por qué las narrativas míticas tienen un impacto tan profundo en nuestra psique? En este artículo, exploraremos cómo los mitos y cuentos no solo se entrelazan con nuestras emociones, sino cómo influyen en la formación misma de nuestro cerebro.


La narrativa: una puerta al cerebro

La humanidad ha contado historias desde tiempos inmemoriales. Estas narrativas, cargadas de símbolos, arquetipos y significados, no son solo medios de entretenimiento, sino instrumentos que modelan nuestra percepción del mundo, nuestra comprensión del yo y nuestra interacción con los demás. Pero más allá de su rol cultural y social, los mitos tienen un impacto directo sobre la estructura cerebral.


La neurociencia ha demostrado que cuando escuchamos o leemos una historia, varias áreas de nuestro cerebro se activan simultáneamente: la corteza prefrontal, la amígdala, el sistema límbico y la corteza visual, entre otras. Estos procesos no solo nos permiten entender la trama, sino que nos conectan emocionalmente con los personajes y eventos, creando una experiencia inmersiva que va mucho más allá de una simple narración.


Mitos y el cerebro primitivo

Las narrativas míticas, aquellas que han viajado a través de generaciones, están cargadas de imágenes arquetípicas que resuenan con el cerebro humano en un nivel profundo. Carl Jung, el célebre psicólogo suizo, sugirió que estos arquetipos son estructuras psicológicas universales que emergen de nuestro inconsciente colectivo. Estos arquetipos, como el héroe, la sombra, el sabio o el villano, no son solo figuras literarias, sino símbolos que el cerebro humano ha aprendido a reconocer y procesar.


En el cerebro primitivo, especialmente en el sistema límbico, se encuentran los mecanismos responsables de nuestras respuestas emocionales inmediatas. Los mitos, cargados de conflictos universales y situaciones extremas, activan este sistema y provocan reacciones viscerales. Piensa en la historia de Hércules enfrentando sus doce trabajos: cada uno de estos retos no solo representa una hazaña heroica, sino que también apela a nuestra lucha interna, al enfrentamiento con el mal, la muerte y la superación personal. El cerebro, al reconocer estos patrones arquetípicos, activa circuitos emocionales que nos permiten identificarnos con el héroe, experimentar sus triunfos y sus caídas, y así, reconfigurar nuestra propia comprensión de nosotros mismos.


La emoción como puente entre el mito y el cerebro

Las emociones son el lazo vital que une las narrativas míticas con la biología del cerebro. A través de las emociones, las historias se arraigan profundamente en nuestra memoria. Las emociones no solo nos hacen sentir intensamente en el momento; también son las encargadas de "sellar" la información, permitiendo que los relatos persistan en nuestras mentes durante años, e incluso generaciones. Esto se debe, en parte, a la función del sistema límbico, que gestiona nuestras respuestas emocionales y juega un papel crucial en la consolidación de la memoria.


Un ejemplo claro de esto es el impacto emocional que tienen las tragedias griegas, como las de Sófocles o Eurípides. Estas obras no solo cuentan la historia de individuos que enfrentan un destino cruel, sino que tocan las fibras más profundas del ser humano: la lucha interna, la culpa, la venganza, el amor y la redención. Al experimentar estas emociones, el cerebro genera conexiones neuronales que van más allá de la simple comprensión de la trama; nos transformamos, en cierto modo, en los personajes mismos.


El cerebro social: cómo los mitos nos conectan con los demás

El cerebro humano es un órgano profundamente social. Desde sus inicios, ha evolucionado para buscar la conexión, para comprender y anticipar las emociones de los demás, y para formar vínculos dentro de un grupo. Esta característica social del cerebro encuentra un reflejo perfecto en las narrativas míticas, que a menudo giran en torno a la interacción de los individuos con otros seres, tanto humanos como divinos.


En los mitos, las relaciones de poder, traición, amor y sacrificio reflejan las dinámicas sociales que han marcado la evolución de la humanidad. Al escuchar o leer sobre estas interacciones, activamos áreas de nuestro cerebro relacionadas con la empatía y el entendimiento social. Un mito como el de Edipo, por ejemplo, no solo es una historia trágica; es una reflexión sobre el destino, la culpa y las consecuencias de nuestras acciones dentro de un sistema social.


Mitos modernos: el poder del cuento contemporáneo

Aunque los mitos clásicos han sido fundamentales para la construcción de nuestras narrativas culturales, los mitos modernos también tienen un poder similar. Películas, novelas y series de televisión actuales, como Harry Potter, El Señor de los Anillos o Game of Thrones, siguen utilizando los mismos arquetipos y estructuras narrativas que los mitos antiguos. La razón de su éxito radica en que apelan a las mismas estructuras cerebrales que han sido perfeccionadas a lo largo de siglos.


Hoy en día, los neurocientíficos han descubierto que el cerebro humano sigue siendo sensible a estos elementos arquetípicos. Cuando vemos una película de aventuras o leemos un libro épico, nuestras neuronas se activan de manera similar a como lo hacían nuestros antepasados al escuchar relatos de héroes y monstruos. La emoción que sentimos al ver a Frodo destruir el Anillo o a Jon Snow enfrentarse a los Caminantes Blancos es la misma emoción que los griegos sentían al escuchar la historia de Aquiles o Ulises. El mito moderno sigue siendo, de alguna manera, un puente entre el pasado y el presente, conectando el cerebro con las narrativas que nos definen.

 
 
 

Comments


Diseño sin título-10.png
Diseño sin título-11.png
5-2.png
4-2.png
6.png
bottom of page